Bromato de sodio

 

El bromato de sodio conocido por se un aditivo alimentario, es utilizado por la industria panadera, con la finalidad de mejorar la calidad de la masa y a su vez lograr un mejor efecto con relación  a la cocción del pan. Sin embargo, el bromato de sodio presenta posibles riesgos para la salud.

Bromato de sodio y sus riesgos para la salud:

• Uso y presencia: el bromato de sodio se una para mejorar la textura, volumen y apariencia del pan, por tanto durante el proceso de elaboración se añade a la masa, donde este se descompone durante la cocción, dejando residuos. Entonces, si este no se descompone en su totalidad puede que queden trozos de bromato de sodio en el pan.

• Potencial carcinogénico: la iarc ha clasificado el bromato de sodio como carcinogénico para los seres humanos, un dato a notar es que se han realizado estudios en animales, los cuales han demostrado que este puede ocasionar tumores en los siguientes órganos: riñones, tiroides y además en los órganos reproductores. Aunque no todavía no hay estudios tajante en humanos, hay muchas evidencias de asociaciones que mencionan diferentes tipos de cáncer.

• Restricciones y prohibiciones: debido a los riesgos que presenta para la salud que están estrechamente relacionados con el bromato de sodio, muchos países han tomado la decisión de cercenar y privar el uso de este alimento en sus productos. Sin embargo, en Estados Unidos, utilizar este producto esta permitido pero los productos que contengan bromato de sodio deben ser etiquetados.

• Alternativas seguras: hay otras alternativas seguras al bromato de sodio en la industria panadera. Dentro de los sustitutos comunes podemos mencionar:  el ácido ascórbico (vitamina C), la enzima amilasa y el peróxido de hidrógeno. Estos ingredientes poseen buenas características que ayuda a mejorar la calidad de la masa y la textura del pan sin los riesgos asociados al bromato de sodio.

• Etiquetado de ingredientes: En muchos países, incluyendo aquellos en los que se permite el uso de bromato de sodio, los fabricantes tienen la obligación de etiquetar los productos que contienen este aditivo. Lo cual permite que los consumidores puedan  tomar decisiones informadas y evitar o limitar su consumo si así lo desean.